viajamos al volcán Masaya, el cual aún está activo y humeante. Un fuerte olor a azufre, las vistas desde aquí son una pasada.
Nos dirigimos a la carcel-fortaleza de donde durante la época de somózar llevaban a los presos, dos plantas en forma redonda, la primera para los presos menos peligrosos, una pequeña rejilla hace de ventana al exterior, la única luz que entra en cada pequeña celda, donde los presos pasaban su día a día, sin un baño, ni una ducha para lavarse, si querian orinar o defecar en una esquina...pero lo más fuerte es lo de la planta de abajo, en una de las celdas en la pared aun se ven las marcas de la orina y heces que los guardias depositaban para torturar a los presos los cuales tenian que aguantar ese olor putrefacto durante dias, méses, años y hasta el fin de su vida. Otra zona de tortura psicológia era un cuarto totalmente oscuro, imaginaros pasar 2 o 3 méses sin luz, algunos se volvían locos y los que no, los sacaban al patio, y los pobres hombres se quedaban ciegos. Pero la que más me impresionó fue la de tortura física donde en la pared se veían las marcas de sangre. La verdad es que esta experiencia nos quedó muy tocados a todos, es impresionante las barbaridades que pude llegar a cometer el ser humano...
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